jueves, 25 de enero de 2007

La visita del señor testador "Fragmento" (Charles dickens)

El señor Testator alquiló una serie de habitaciones en Lyons Inn, pero tenía un mobiliario muy es caso para su dormitorio y ninguno para su sala de estar. Había vivido en estas condiciones varios meses invernales y las habitaciones le resultaban muy des nudas y frías. Un día, pasada la medianoche, cuando estaba sentado escribiendo y le quedaba todavía mucho por escribir antes de acostarse, se dio cuenta d, que no tenía carbón. Lo había abajo, pero nunca había ido al sótano; sin embargo, la llave del sótano es taba en la repisa de su chimenea y si bajaba y abría e sótano que le correspondía podía suponer que el carbón que en él hubiera sería el suyo. En cuanto a su lavandera, vivía entre las vagonetas de carbón y lo barqueros del Támesis, pues en aquella época había barqueros en el Támesis, en un desconocido agujero junto al río, en los callejones y senderos del otro lado del Strand . Por lo que se refiere a cualquier otra persona con la que pudiera encontrarse o le pudiera poner objeciones, Lyons Inn estaba llena de persona dormidas, borrachas, sensibleras, extravagantes, que, apostaban, que meditaban sobre la manera de renovar o reducir una factura... todas ellas dormidas ( despiertas pero preocupadas por sus propios asuntos).
El señor Testator cogió con una mano el cubo del carbón, la vela y la llave con la otra, y descendió a las tristes cavernas subterráneas del Lyons Inn, desde donde los últimos vehículos de las calles resultaban estruendosos y todas las tuberías de la vecindad parecían tener el amén de Macbeth pegado a la garganta y estar tratando de escupirlo. Tras andar a tientas de aquí para allá entre las puertas bajas sin propósito alguno, el señor Testator llegó por fin a una puerta de candado oxidado en la que ajustaba su llave. Tras abrir la puerta con grandes problemas y mirar al interior, descubrió que no había carbón, sino un confuso montón de muebles. Alarmado por aquella intrusión en las propiedades de otra persona, cerró de nuevo la puerta, encontró su sotanillo, llenó el cubo y volvió a subir las escaleras.
Pero los muebles que había visto pasaban corriendo incesantemente por la mente del señor Testator, como si se movieran sobre cojinetes, cuando a las cinco de la mañana, helado de frío, se dispuso a acostarse. Sobre todo deseaba una mesa para escribir, y el mueble que estaba al fondo del montón era precisamente un escritorio. Cuando por la mañana apareció su lavandera, salida de su madriguera, para hacerle el té, artificiosamente llevó la conversación al tema de los sotanillos y los muebles; pero resultó evidente que las dos ideas no se conectaron en la mente de la criada. Cuando ésta le dejó solo sentado ante el desayuno y pensando en los muebles, se acordó que el cerrojo estaba oxidado y dedujo de ello que los muebles debían estar almacenados en los sótanos desde hacía mucho tiempo... que quizá su propietario los había olvidado, o incluso había muerto. Tras pensar en ello varios días, durante los cuales no pudo obtener en Lyons Inn noticia alguna sobre los muebles, se desesperó y decidió tomar prestada la mesa. Lo hizo aquella misma noche. Y no tenía la mesa cuando decidió tomar prestado también un sillón; y todavía no lo tenía cuando pensó coger una librería, y luego un diván, y luego una alfombra grande y otra pequeña. Para entonces se había dado cuenta de que «se había aprovechado tanto de los muebles» que no podrían empeorar las cosas si los tomaba prestados todos. Y en consecuencia, lo hizo así y dejó cerrado el sotanillo. Siempre lo había cerrado tras cada visita. Había subido cada uno de los muebles en la oscuridad de la noche, y en el mejor de los casos se había sentido tan perverso como un ladrón de cadáveres. Todos los muebles estaban sucios y costrosos cuando los llevó a sus habitaciones, y tuvo que pulirlos, como si fuera un asesino culpable, mientras Londres dormía.

Carmilla "fragmento" (Joseph sheridan le fanu)

No sé cuál de las dos debería asustarse —dijo Carmilla, sonriendo de nuevo—. Si no fueras tan bonita, pienso que me habrías asustado mucho. Mas, siendo como eres tan hermosa, y ambas tan jóvenes, únicamente tengo la impresión de que te he conocido hace doce años, y que ya tengo derecho a tu intimidad. En todo caso, parece como si, desde nuestra más tierna infancia, estuviéramos destinadas a ser amigas. Me pregunto si te sientes tan extrañamente atraída hacia mí como yo hacia ti. Nunca tuve una amiga. ¿Encontraré una ahora? (...)Y por fin las tinieblas fueron tan espesas que sólo se veían visibles los ojos del animal. Percibí que saltaba ágilmente sobre mi lecho. Dos grandes ojos se aproximaron a mi cara y de repente sentí un dolor punzante, como si dos grandes agujas se clavaran hondamente en mi pecho. "

miércoles, 24 de enero de 2007

Sobre la amistad (Arthur schopenhauer)

"Nada mejor la ignorancia del mundo como alegar, cual prueba de los méritos y valía de un hombre, que tiene muchos amigos. ¡Como si los hombres otorgasen su amistad con arreglo a la valía y al mérito! ¡Como si, por el contrario, no fueran semejantes a los perros, que aman a quien les acaricia o solamente les hecha huesos que roer, sin mas halago! Quien mejor sabe acariciar a los hombres - aun cuando sean asquerosas alimañas -, ese tiene muchos amigos." "Debo confesarlo sinceramente. La vista de cualquier animal me regocija al junto y me ensancha el corazón, sobre todo la de los perros, y luego la de todos los animales en libertad, aves, insectos, etc. Por el contrario, la vista de los hombres excita casi siempre en mi una aversión muy señalada, por que con cortas excepciones, me ofrecen el espectáculo de las deformidades mas horrorosas y variadas: fealdad física, expresión moral de bajas pasiones y de ambición despreciable, síntomas de locura y perversidades de todas clases y tamaños; en fin, una corrupción sórdida, fruto y resultado de hábitos degradantes. Por eso me aparto de ellos y huyo a refugiarme en la naturaleza, feliz al encontrar allí a los brutos."

Melancolia (Jose asuncion silva)

De todo lo velado,
tenue, lejana y misteriosa surge
vaga melancolia
que del ideal al cielo nos conduce.

Eh mirado reflejos de ese cielo
en la brillante lumbre
con que ahuyenta las sombras,la mirada
de sus ojos azules.

leve cadena de oro
que una alma a otra alma con sus hilos une
oculta simpatia,
que en lo profundo de lo ignoto bulle.

y que en las realidades de la vida,
se pierde y se consume
cual se pierde una gota de rocio
sobre las yerbas que el sepulcro cubren.

lunes, 22 de enero de 2007

Aurretrato (Rafael arevalo martinez)

Un arbol luengo, deshojado y seco
pero que enhiesto, sigue todavia;
Una culebra en linea vertical;
un poste de telegrafo en la via,
ese soy, por mi bien o por mi mal.

Soy un hombre de chicle por los dioses
del popol-vuh jalaron de los pìes
y la cabeza a un tiempo; y que, despues
(entre risas y toses,
al mirarlo tan largo y tan delgado)
sin reparar su misero destino,
dejaron ala vera del camino,
irreal y abandonado.

popol-vuh (Libro maya)

El ser bajo la luz de la luna (H.P Lovecraft)

Morgan no es precisamente lo que podia lo que podriamos llamar un hombre de letras; su ingles es siempre deplorable e incoherente. Que haya podido escribir lo que escribio es, por lo tanto, algo que me sorprende, por mas que a otros solo mueva risa.
Se encontraba a solas la noche en que se dio a escribir, mejor dicho, la noche en que lo asaltaron unos incontenibles deseos de ponerse a escribir. Arrastrado por la extraña fuerza acometio lo impensable, tomo la pluma y redacto el siguiente texto:
"Mi nombre es Howard Philips. Mi casa esta situada en college street,66, providence, Rhode island. Ignoro en que fecha estamos, pero recuerdo que el 27 de noviembre de 1927 me quede dormido y tuve un sueño; desde entonces no eh conseguido despertar.
"el sueño comenzo en algun paraje del norte, humedo, cenagoso y con cañaverales, durante un gris dia otoñal, cerca de un alto acantilado de rocas cubiertas de liquenes. Llevado por cierta curiosidad, comence a escalar por una especie de grieta en la pared se abrian oscuras bocas de profundas madrigueras que avanzaban hacia el interior de la mesete rocosa.
"A menudo el paso se encontraba techado por una suerte de angostamiento de la parte superior de la ya de por si estrecha fisura. Naturalmente, en esas areas la oscuridad era impenetrable y se tornaba imposible distinguir las posibles madrigueras que hubiese alli. Mientras me hallaba en uno de esos tramos, fui ganado por un intenso miedo, el panico de que alguna proyeccion intangible de los abismos se apodero de mi espiritu; pero la densa oscuridad hacia imposible que tratara de descubrir algun motivo mas o menos racional para esta sensacion.
"Luego de una trabajosa escalada, llegue a una meseta de roca revestida de musgos y muy poca tierra, la que era iluminada por una lupa evanescente. No habia ningun ser vivo a mi alrededor. No obstante, adverti una extraña agitacion un poco por debajo de mi, entre el cañaveral del pantano fetido que poco antes dejara atras. "Camine un trecho hasta que me encontre unas vias de tranvias muy oxidadas y varios postes carcomidos de los que todavia colgaba el cable flacido del trole. Caminando por las vias, me encontre un coche amarillo, con fuelle para el acople tipo doble vagon, como los que se usaron entre 1900 y 1910. Aun se leia el numero interno, era el 1852. Naturalmente, estaba vacio, pero parecia a punto de arrancar. El asta del trole estaba alzada y pegada al cable, en tanto que el freno de aire resoplaba de manera intermitente bajo el piso. Subi al vagon y busque con la mirada el interruptor de luz. No lo encontre y tambien note la ausencia de la palanca de comando y del conductor. Me deje caer sobre uno de los asientos laterales. Poco despues oi pisadas sobre la tupida hierba que crecia a ambos lados de las vias, y vi la silueta oscura de dos hombres recortados contra la luz de la luna acercandose. Usaban lo que debian ser las gorras reglamentarias de la compañia, y no fue dificil deducir que debian tratarse del guardia y del conductor. Al pasar junto a mi, uno de ellos olfateo el aire con una profunda inspiracion, levanto la cara y aullo en direccion ala luna. El otro se coloco en cuatro patas y en esa posicion comenzo a correr hacia el extremo delantero del coche.
"Me incorpore vivamente y presa de un frenetico panico salte del vagon y corri leguas por la mesetas, hasta que en cansancio me hizo detener. El panico no broto del hecho de que el guardia se pusiera a correr en cuatro patas, sino, de descubrir el rostro del conductor era una especie de cono blanco que se coronaba en su vertice con un tentaculo rojo como sangre.
"Alcanze a darme cuenta de que no se trataba mas que de un sueño, pero de todos modos no pude liberarme de la desagradable sensacion que me produjo. Desde esa maldita noche no pido otra cosa que despertar, pero aun no lo eh conseguido.
"Por el contrario, con horror he comprobado que soy otro habitante de ese espantoso mundo onirico. La noche dio paso al amaneceres, que me encontro vagando sin rumbo en medio de las desoladas tierras cenegosas. Transcurrio el dia de esa manera y la nueva noche me sorprendio aun vagando y tratando de despertar. En un momento, al apartar unas matas de maleza volvi a ver ante mi el viejo tranvia. A su vera habia otro ser de rostro conico que al cabo de un momento tambien alzo la cabeza y aullo ala luna.
"No hay dia que no suceda lo mismo. Cada noche me sorprende en ese mismo lugar horrible. Trato de permanecer inmovil cuando sale la luna, pero el sueño con el abominable ser aullando ala luna. Entonces no me queda otra alternativa que dar media vuelta y echar a correr desesperadamente.
"¡Oh, Dios, cuando despertare!".

Estrellas Fijas (Jose asuncion silva)

Cuando ya de la vida
el alma tenga, con el cuerpo rota,
y duerma en el sepulcro
esa noche mas larga que las otras,

Mis ojos, que en recuerdo
del infinito eterno de las cosas,
guardaron solo, como un sueño,
la tibia luz de tus miradas hondas,

Al ir descomponiendose
entre la oscura fosa,
veran, en lo ignorado de la muerte,
tus Ojos...destacandose en la sombra.

Nieblas y lluvias (charles baudelaire)

¡Oh finales de otoño, inviernos, primaveras empapadas de barro,
Estaciones adormecedoras!, os amo y os alabo
para envolver asi mi corazon y mi cerebro
con un lienzo vaporoso y una tumba imprecisa.

En esta gran llanura donde corre el abrego helado,
donde en las largas noches la veleta chirria,
mi alma, mejor que en la tibia primavera,
extendera ampliamente sus dos alas de cuervo.

Nada hay mas dulce para el corazon lleno de cosas funebres,
sobre el que desde hace mucho desciende la escarcha,
oh palidas estaciones, reinas de nuestros climas,
que el permanente aspecto de vuestras tenues tinieblas,
-- a no ser, en una noche sin luna, emparejado,
adormecer el dolor en un lecho al azar.

A... (edgar allan poe)

No hace mucho, que el escribe estos versos
con el orgullo loco de la intelectualidad
Defendia el "poder de las palabras"--- negaba que nunca
se originaba un pensamientos en el cerebro humano
que excediese a la expresion de la humana lengua.
y ahora, como en burla de aquella jactansia,
dos palabras --- dos dulces disilabas extranjeras
Voces italianas, hechas solo para ser murmuradas
por angeles durmientes en la luz de la luna, "rocio
suspendido como sartas de perlas sobre la colina del hermon",---
has despertado de los abismos de su corazon,
pensamientos como sin pensamientos, que son las almas del pensamiento,
de la que jamas el serafin harpista, israfel,
(eñ que tiene "la voz mas dulce entre todas las criaturas de dios"),
puede aspirar a pronunciar. ¡Y yo!.. mis hechizos se han roto.
La pluma cae impotente de mi temblorosa mano.
con tu amado nombre por tema aunque tu me lo pidas,
no puedo escribir -- no puedo hablar ni pensar---
ay de mi, no puedo sentir; porque no hay sentimiento posible
cuando asi permanezco inmovil en el aureo
umbral de la puerta, de par en par abierta, de los sueños,
contemplando, arrobado, ante mi la esplendorosa perspectiva,
y estremeciendome cuando miro, ala derecha,
a la izquierda, y alo largo del camino.
Entre vapores sin purpura, lejos muy lejos
Donde las perspectiva fenece --- a ti sola.